Es efímera la Vida si se da protagonismo a la historia del personaje, al tiempo, a la cultura, a la religión a la política, a la imagen,, al cuerpo, a los pensamientos, al materialismo o al sentimentalismo.
La Vida no necesita nada porque lo tiene todo. Es la mente la que se aferra a los pesos pesados y a las cosas. Cuando la mente ocupa su lugar y se convierte en una herramienta útil y práctica, la Vida fluye maravillosamente.